6/10/2010

Levántate y baila

Publicado por Olga Zaneria |


Si naces en Memphis el mismo día que un alma buena intenta acabar con Ronald Reagan, si una noble dama con más experiencia te guía por el paraíso del sexo y el Valium y como el alumno más agradecido y aplicado falsificas recetas, te encaloman, te acoge un resort penitenciario y tu cristiana familia te repudia y vagabundeas por las calles.

Y desde lo más profundo de Texas decides optar por la guitarra en vez de por la escopeta, con lo que viste una buena masacre de ex convicto desequilibrado ¡Ole tus cojones!

El pasado martes el pizpireto Micah P. Hinson, con su desgarbada figura a lo Jerry Lewis, ofreció en el teatro Lara, de Madrid ante un generoso plantel de “Wayones”, dignos del mejor suplemento de tendencias, un delicioso concierto lleno de matices, que transitó, sin estridencia alguna, del más leve susurro a arrebatos repentinos de un guitarreo casi diatónico.

La visita le sirvió como presentación de su cuarto disco “Micah P. Hinson and The Pioneer Saboteurs” con doce canciones exquisitas, con temáticas que sólo puede tratar alguien cuyos veintinueve años han cundido mucho.
¡Me rindo a sus pies Señor Hinson!



La canción se titula "On my way"

6/02/2010

Camino de Santiago

Publicado por Olga Zaneria |



La inercia es una fuerza tan monótona que ni siquiera te marea. La voluntad no es un musculo, pero si no se ejercita también se atrofia.

Cuando ante la reiterada frustración te conviertes en sepulturero de tus propios deseos, haciendo horas extras para que nadie huela, siquiera, la pandemia. Enterándolos profundo en tu gran fosa de genocidio, olvidando que la mayoría no murieron de viejos sino porque tú les negaste el auxilio, es fácil dormirse agotado pensando que sus cadáveres ya nunca más te recordaran como era la vida por la que habías apostado.

Pero al despertar de ese coma auto inducido todo sigue igual, sólo que has elegido vivir en una caja de zapatos en lugar de intentar explorar un universo más o menos infinito. Cual hámster enjaulado das vueltas en la rueda porque se supone que hay que darlas y roes porque tus tripas te lo piden.

Mas hasta en el más burdo terror de serie B te enseñan que de ninguna morada asentada sobre un cementerio puede salir nada bueno. Allí sólo hay sitio para alimentar tus propios fantasmas, dejarte mecer en tus telarañas, allí no hay Rambos que puedan sacar del infierno.

Es costoso levantar la cabeza pero si se consigue, con un poco de suerte, te das cuenta que hasta en el averno hay ventanas, para dejar correr un poco el viento.

Se ve un horizonte, caminaré hacia él, que felicidad si me salen ampollas en los pies.