12/08/2009

Naufragio urbano

Publicado por Olga Zaneria |


No vivo en una paradisiaca isla desierta por la mañana siempre es alguien que levante mi persiana. En el ascensor siempre saludo con legañas a algún vecino, a lo largo del día pido infinidad de veces ayuda a otras personas, porque las necesito.

Sin embargo últimamente me empeño en vivir como Robinson Crusoe, sólo me comunico por mensajes y botellas. Me da miedo ver a gente que en mis ojos sabe leer mucho más de lo que yo quiero contar.

Es bonito que la luz del día entre por la ventana, pero a veces pienso ¡Quién fuera como El coche fantástico! Poder tener a mi antojo los cristales tintados.

1 comentarios:

La estatua del jardín botánico dijo...

No estaría mal, la verdad. ¡Malditos! Hablan siempre que uno quiere estar callado. Es más, justo en esos momentos no hablan, ¡gritan!