11/09/2009

Kamikazes de dirección contraria

Publicado por Olga Zaneria |


Fuimos los reyes de la conveniencia y no veas lo bien que me vino. Una vez más, un día negro, muy negro, aderezado con un puñado de flores arrojadas contra el suelo, como él. Se fue coloreando poco a poco, desde que te vi llegar, para terminar siendo un vistoso grafiti en la pared de un palacio ducal.
Queda raro, sí, pero a mí me parece una preciosidad.

Ya sé que tú eres mucho más que la caja de “Cariocas” de un empalagoso niño ciclotímico.

Ya sé que desde el principio sabias que íbamos en direcciones contrarias, y así me lo hiciste patente, fui yo el único que se hizo ilusiones de que al menos después de chocar, al menos por un rato, compartiríamos collarín.

Era absurdo, lo sé pero yo aún no consigo olvidar tus ojo, en el momento de la colisión y aunque llevemos una eternidad en rehabilitación y buscando los empastes por el arcén… Yo lo volvería a hacer, estrellarme contigo sólo me ha traído felicidad.