11/25/2009

Vida de crustáceo

Publicado por Olga Zaneria |



Cuando era pequeña leía aquellos libros de “Elije tu propia aventura”, donde de la decisión que tomaras y la tirada de un dado determinaban el final de la historia. De ti dependía acabar feliz comiendo perdices o encerrada en una mazmorra para toda la eternidad.

Recuerdo lo que me costaba decidir algo, o tirar el puto dado, realmente pesaba que la vida me iba en ello.

Con los años esto me dejó como reminiscencia creer que la vida pesaba mucho, y que te la jugabas a cada minuto. Todo había que meditarlo mucho, no fueras a acabar mal, que luego no hay tiempo para rectificar. Siempre caminando hacia algún objetivo, aunque éste fuera peregrino.

Ahora creo que ya no quiero ir a ningún sito, y desde luego sé que no me gustan las perdices, me repiten.
Vivo todo a demasiada distancia, hago cosas pero casi nada tiene importancia, nada va conmigo.

Soy un bogavante en la cetárea de una marisquería de tercera, veo la vida pasar el cristal.
Tal vez algún día acabe aliñando el arroz de algún glotón.