Hace algún tiempo, abrí un hostal, traté de que fuera acogedor y confortable, para que si te atrevías a pasar por aquella sombría calle, allí quisieras quedarte.
Las bombillas ya no colgaban de cables, las paredes ya no estaban empapeladas de tiempos pretéritos, de bonitos recuerdos. Asumí con agrado tus consejos de interiorismo muy atinados. Conseguimos darle al hostal un aspecto entrañable.
Durante una fracción de segundo pareciste estar a gusto, no era para ti el sitio donde retirarte, pero si el lugar donde recalar en fugaces viajes.
Sin embargo hace ya años que no viene nadie, y las paredes vuelven a desconcharse.
El lunes, por la ventana de madrugada te vi pasar. Caían chuzos de punta, ni por un momento pareciste querer pararte, ni siquiera para refugiarte.
Quizá reiterativa y pesimista te resulta la charla del recepcionista.
Lo traspaso, voy a montar un bar, al fin y al cabo la gente bebe más que duerme. Y yo sólo busco un sitio agradable donde estar.
Hostelero o tabernero, si algún día quieres volver… Allí tienen buen café.
Palabra de Josele.
Aviones en el bosque
Hace 2 años
2 comentarios:
Hay Antoñio Coñiooo,...y dice la gente que hoy no va acantar...se le habran quita las ganasassssssssss
Señorita Olga,Con Hostal o con Bar Nada Tiene Vos que Ver con el Citado Antoñio
Palabra de Oscarin
¿De verdad que vas a montar un bar? ¿Así, uno cualquiera, pero uno, con un local y todo cerca de tu hostal? Di que sí.
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