4/12/2010

Obsoletos sistemas poco operativos

Publicado por Olga Zaneria |


Que leer en un periódico como El Mundo, tan dado él a la conspiranoia, sobre los efectos beneficiosos de la hormona del crecimiento en determinadas patologías me llenara de alegría, es una muestra más de no estoy bien de la cabeza.

Tal vez sólo buscaba cualquier motivo de júbilo que justificara poder brindar al aire, un domingo, en aquél bar lleno de palillos, grasientas servilletas de papel, vermut de grifo y ácidos curtidos de tienda de ultramarinos.

A mí aquello ni me iba ni me venía… pero ¿y si fuera así? ¿Dejar de ser enano sería la solución a todos mis problemas? Probablemente sí, o al menos para todos los que me resultaran acuciantes en ese momento. La gente se reivindica como original y pone todo su empeño en conseguirlo, aunque esto pase por ir lleno de colorines, como Tonetti en sus mejores tiempos. Pero aún no vi a nadie hacer apología de la anormalidad. Lo raro se esconde en los garajes, circos, o laboratorios clandestinos.

Todas las personas parecemos venir con un software integrado que implica pareja, como mandan los cánones de La Santa Madre Iglesia, adosado, perro y niños, y parece que si no lo tienes tu vida carece de sentido. Es como completar fases de un videojuego, hace siglos que lo diseñaron, para ganar hay que enfrentarse al malo final.

Si fuera enano no me quedaría otra que colgarme de las puertas para ver si pego el estirón, siendo normal parece más fácil que el del banco te financie el monovolumen con el que ir de merienda los domingos.

2 comentarios:

Herr Trauriger dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Mylodon Darwinii Listai / Milodón dijo...

Yo no quiero ni la hipoteca ni la pareja (hipoteca del corazón)
Que le den por culo al juego